Las cooperativas poseen una serie de principios y valores distintivos que las convierten en el mejor modelo económico para conseguir una sociedad más justa y sostenible. Estos valores son los de ayuda mutua, responsabilidad, democracia, igualdad, equidad y solidaridad. Siguiendo la tradición de sus fundadores, los Pioneros de Rochadle, las personas que trabajan en una cooperativa tienen un compromiso ético con la honestidad, la transparencia, la responsabilidad social y la preocupación por los demás.
No somos cooperativistas por estar inscrito en una cooperativa, el cooperativismo es mucho más que eso, es la conciencia de la necesidad de unidad como uno de los medios para que los trabajadores, campesinos, obreros, profesionales, pequeños propietarios, amas de casa; Busquen la solución de sus problemas en ellos mismos.
El cooperativista autentico, debe aprender y practicar un nuevo estilo de convivencia, un nuevo método de vida, un nuevo tipo de valores distintos.
Si un supuesto cooperativista no es capaz de amar en su conciencia y en su accionar diario los valores cooperativos, tan necesarios para el bienestar y felicidad de la raza humana y del medio que lo rodea no es un verdadero cooperativista, es un equivocado en el movimiento, un oportunista a quien solo le interesa obtener los beneficios de la cooperación.
El espíritu cooperativo es la práctica de estos valores, es la conciencia de que debemos educar a la comunidad y a los asociados para que sirvan a si mismos y a la sociedad con el mayor desprendimiento, la mayor eficiencia y sin interés de lucro; es la entrega de nuestra inteligencia y de gran parte de nuestro accionar al establecimiento de condiciones de justicia social y bienes para toda la sociedad.
El espíritu cooperativo, es el antibiótico moral que destruye lentamente nuestro egoísmo, el afán de imponer a otros nuestros criterios, es el paso al imperio de la razón, la justicia y la compresión.
Se trata de los valores de:
Prácticas de manera sobresaliente los valores, principios y normas al trabajo individual y en equipo.
Actuar con independencia, atendiendo las normas que rigen la Institución, en beneficio del Cooperativismo.
Cumplir una labor, evento o acción de manera responsable y eficiente.
Ejecutar las actividades acordes con los objetivos esperados al menor costo posible.
Mantener en reserva la información que guarde relación con el trabajo de la Institución.
Practicar las reglas, procedimientos u obligaciones de la Institución con claridad, sin duda ni ambigüedad.
Cumplir con las funciones y tareas asignadas a satisfacción de la Institución.
Proporcionar apoyo espontáneo, generoso y voluntarioso en beneficios de otros.
Actuar de manera sencilla en el trato con los demás, respetando las diferencias y limitaciones individuales.
Actuar con decencia, pecor, prohibidad, rectitud, justicia.